El presente artículo, además de contemplar una visión jurídica del cumplimiento de condenas en el extranjero, da a conocer aspectos humanitarios del día a día en los centros penitenciarios fuera de España.

Los centros penitenciarios extranjeros no son “ni parecidos” a los que acostumbramos a ver en nuestro país. Aunque suene raro “somos unos privilegiados”. En muchos países, es habitual que en sus cárceles los reclusos padezcan hacinamiento, malnutrición, falta de higiene, agresiones y un sin fin de deficiencias. Dichas situaciones provocan una diaria vulneración de los derechos fundamentales.
En Mayo de 2015, el Defensor del Pueblo publicó un informe exhaustivo y detallado titulado La situación de los presos españoles en el extranjero. El informe constata esas realidades a las que, por desgracia, se enfrentan a diario algunos de nuestros compatriotas. El Defensor del Pueblo deja patente, de manera brillante, esas necesidades y la urgencia en que deben ser cubiertas.
“Otra cuestión que se expone en las quejas recibidas se centra en las dificultades con las que se encuentran los presos y sus familias para comprender el sistema judicial del país. Esta situación se ve agravada en los casos en los que el español no es el idioma oficial. El desconocimiento del sistema legal hace imprescindible una asistencia letrada de calidad. Las oficinas consulares españolas proporcionan un listado de abogados especializados en cada tipo de asunto, pero no recomiendan a ningún abogado en particular.”
Defensor del Pueblo
Madrid, mayo de 2015
Abogada voluntaria en Fundación +34
De forma absolutamente casual, a consecuencia de leer un artículo en el periódico, donde se relataba que se había localizado en un centro penitenciario de Perú a un gallego cuya familia desconocía su paradero, decidí contactar con la Fundación +34 y ofrecerme como voluntaria.

Españoles en el extranjero en situación de necesidad, especialmente los que cumplen condena
Fue entonces cuando descubrí que la Fundación +34 se hace eco de las situaciones de necesidad que sufren nuestros españoles en el extranjero, especialmente los que se encuentran cumpliendo condena. +34 intenta cubrir, o por lo menos paliar, en la medida de sus posibilidades, esas necesidades básicas.
Visitas a las prisiones extranjeras
La fundación visita a los presos españoles en dichas prisiones extranjeras para llevarles un “trocito” de su país. La ayuda humanitaria que prestan puede consistir desde facilitarles un simple cepillo de dientes (objeto de lujo en muchas cárceles), jabones, ropa, periódicos… hasta proporcionar información a sus familias, especialmente sobre los procesos que deberán iniciar para el traslado a España.
Labor de abogada penitenciaria voluntaria
Desde entonces, tras ofrecerme como voluntaria, mi colaboración con la Fundación +34, además de servir a otras personas, me ha enriquecido tanto como abogada penitenciaria como desde el punto de vista personal.
Visita a las prisiones de Argentina
El enriquecimiento ha sido aún mayor con mi primera experiencia sobre el terreno, fuera de España, apoyando a la Fundación +34, la visita a las prisiones en Argentina.
Visita veloz a Argentina pero necesaria
Mis compañeros de viaje no pudieron ser mejores, ambos miembros de +34, Javier Casado –presidente de la Fundación– y Nicolás (Nico) Benito –un voluntario español médico residente en Buenos Aires, que sigue muy de cerca a los españoles que cumplen allí condena, especialmente en lo relativo a su estado de salud–.
Particularidades jurídicas de Argentina que benefician a los españoles que cumplen condena en sus prisiones
Desde el punto de vista jurídico, Argentina ofrece al extranjero la posibilidad de la expulsión a su país de origen, cuando se cumplen dos condiciones:
- La persona reconoce los hechos y se declara culpable.
- Una vez cumplida la mitad de la condena.

La expulsión se efectúa en régimen de libertad, esto es libres de toda condena y sin rastro de antecedentes penales. Esto en muchas ocasiones hace más llevadera la situación ya que, como pude comprobar, al hablar con nuestros españoles, muchos de ellos estaban a punto de cumplir la mitad de la condena y, como consecuencia de ello, su regreso a España era prácticamente inminente.
Otros países no dan tantas facilidades a los condenados españoles, por ejemplo Perú
Esta facilidad que otorga Argentina es relevante, si lo comparamos con países como Perú. Allí, donde se encuentran internados el mayor número de españoles, para poder acogerte al beneficio de la expulsión prevista en la Ley 30219, aprobada el 8 de julio de 2014, se deben de cumplir una serie de requisitos:
- Haber abonado la responsabilidad civil
- Que la condena impuesta sea inferior a 7 años
- Haber cumplido dos terceras partes de la pena impuesta
- Que el condenado se costee su billete de regreso a España
Como podremos imaginar, especialmente el tema económico impide en la mayoría de los casos que los españoles condenados en Perú puedan acogerse al beneficio de la expulsión, algo que no ocurre en Argentina.
Diario de viaje: 3 días visitando a los presos españoles en cárceles argentinas
A continuación, el relato, día a día, de una abogada penitenciaria visitando a los reclusos y reclusas en prisiones argentinas.
Día 1: Consulado de España y Casas Castellanoleonesas
Consulado de España para empezar
Después de muchas horas de vuelo (entre escalas fueron más de 22 horas), por fin llegamos a Buenos Aires el 8 de septiembre sobre las 6 de la mañana. Recogimos a toda prisa el coche y las maletas, ya que esa misma mañana nos reuníamos con el Cónsul español en Buenos Aires Rafael Tormo, el cónsul adjunto Jorge Noval y el trabajador consular Héctor Negreira. Éste último tiene relación directa con los presos españoles que cumplen allí condena, ya que es el encargado de visitarlos y conocer sus necesidades.

Gran implicación del equipo consular con los presos españoles cumpliendo allí condena
Fue una reunión muy agradable ya que, a diferencia de lo que podemos ver en otros Consulados, quedó patente la gran implicación del equipo consular en este tema. La labor de estas personas es vital ya que, además de las visitas que deben realizar para conocer su estado, se hacen eco de cada una de sus necesidades, intentando cubrirlas en la medida de sus posibilidades.
Conocimiento al detalle de cada uno de nuestros condenados
Pudimos comprobar que la implicación y trabajo del Consulado español en Argentina se ajusta a la perfección a lo que los españoles necesitan. Constatamos el conocimiento al detalle que tienen de cada uno de nuestros condenados, algo que iba a ser confirmado después por los internos, en primera persona.
Las Casas Castellanoleonesas en Buenos Aires se ofrecieron a colaborar
Terminamos el día reunidos con los responsables de las Casas Castellanoleonesas en Buenos Aires, quienes se ofrecieron a colaborar con la causa en acciones tan sencillas como recabar libros, revistas o periódicos pero que, sin duda, ayudarán mucho más de lo que podríamos llegar a imaginarnos.
Día 2: comienzan las visitas a los centros penitenciarios
El segundo día comenzábamos las visitas a los españoles en cada uno de los centros penitenciarios donde se encuentran cumpliendo condena.
Centro penitenciario de Ezeiza
Empezamos por el centro penitenciario de Ezeiza, a 37 km de Buenos Aires capital. Una prisión cuya extensión abarca varios kilómetros, que separan los diferentes módulos en los que se encontraban nuestros españoles.

Módulo de baja seguridad (de hombres) de la prisión de Ezeiza
El primero de ellos se encontraba en el módulo “baja seguridad” y “bajas condiciones de habitabilidad”. En él se encuentran los internos que están a punto de salir del centro, por lo que sus reclamos diarios en cuanto a cuestiones básicas disminuyen considerablemente.
Hacinamiento
Allí pude comprobar la diferencia con España en cuanto a las instalaciones de las prisiones. Los internos nos contaban las reducidas dimensiones de las que “disfrutan” cada uno, no hablamos de celdas individuales sino de celdas colectivas en las que existen verdaderas luchas por una simple litera.
Deficiencias en la alimentación
Uno de los internos españoles nos contaba cómo “se buscaba la vida” para mejorar la alimentación recibida en el penal; encargaba a una señora argentina para que cada semana le llevara una bolsa de comida con alimentos básicos que, aunque su coste se duplicaba, le resultaba vital para su día a día.
Esperanza e ilusión por regresar a España
Varios de los españoles con los que nos entrevistamos ya tenían ese “brillo en los ojos” al hablar de lo cerca que se encontraba su vuelta a España. En diciembre cumplían la mitad de su condena por lo que, acogiéndose al beneficio de la expulsión, su reencuentro con sus familiares era cuestión de días.
Módulo de mujeres
Tras visitar los módulos de hombres fuimos al módulo IV de mujeres, donde se encontraban dos españolas.

Española de 22 años cumplía condena por tráfico de drogas como casi todos los españoles internos
Me sorprendió la historia de una de ellas de de 22 años,cumplía condena por el mismo delito que el resto de españoles, tráfico de drogas; no tanto por su historia, que al final era muy similar a las otras que habíamos oído ( problemas económicos, ofrecimiento de una importante suma de dinero por llevar una simple maleta…), sino por la juventud que transmitía, juventud que hacía que no pudiera olvidar la cantidad de cosas a las que estaba renunciando fuera de esos muros por el tremendo “error cometido”. Poco quedaba de la niña que entró al penal, hasta sus expresiones se habían adaptado a las del país.
Pudimos ofrecerles un momento divertido cuando nos vieron comiendo “muertos de hambre” un bocadillo que amablemente nos ofreció un funcionario de la prisión, al ver que eran las 16.30 y seguíamos sin comer. Sin duda una anécdota divertida que hizo que las españolas olvidaran por unos segundos dónde estaban.
Día 3: centro penitenciario de Marcos Paz
La última de las visitas fue al centro penitenciario de Marcos Paz, a más de 70 km de Buenos Aires. La fama de este penal, en cuanto a condiciones de vida se refiere, no es precisamente buena. Los propios internos nos relataban las importantes diferencias que había con el (penal) de Ezeiza que visitamos el día anterior.
Aunque no siempre es así, cuando nos íbamos acercando al centro y veíamos los alrededores de la prisión, nos íbamos haciendo una idea de las instalaciones que íbamos a visitar a continuación.

De nuevo, jóvenes españoles condenados por tráfico de drogas
En esa ocasión únicamente había hombres internos, con los cuales pudimos hablar largo y tendido. Uno de los españoles, de nuevo, me trasladó el “sabor amargo de la juventud”, con apenas 23 años cumplía condena por tráfico de drogas. Arrepentido de haber aceptado el trato que le llevó a su situación de condenado, nos habló de las diferentes “heridas de guerra” que había ido coleccionando dentro del penal. Una de las últimas, una importante quemadura en el brazo que fue supervisada por Nico, el voluntario médico en Argentina que nos acompañaba.
Y aquí pusimos punto y final a las visitas, deseando a todos verles pronto por España, y transmitiéndoles toda la fuerza y el ánimo que necesitan para hacer su condena lo más llevadera posible.
Presos españoles en Argentina: duras condiciones de habitabilidad suavizadas por facilidades para regresar a España
Como véis únicamente estuvimos 3 días en Argentina, ya que el día siguiente salíamos de nuevo de regreso a España. Fue suficiente para confirmar lo que ya presentíamos, las duras condiciones de habitabilidad que padecen en las prisiones se suavizan, en cierta medida, teniendo un final en su horizonte que les asegura el regreso a su país, una vez cumplan la mitad de la condena.
Visita breve pero intensa y, como siempre me digo, una verdadera lección de vida.

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