La naturaleza de las indemnizaciones por despido es fuente de conflicto habitual a la hora de hacer la liquidación de la sociedad de gananciales. La reciente sentencia del Tribunal Supremo, de 23 de diciembre de 2022, nos lo deja claro: este tipo de indemnizaciones tienen carácter ganancial, pero con matices, que explicaremos en este artículo.
Nuestro Alto Tribunal encaja las indemnizaciones por despido en el artículo 1347.1º del Código Civil, como un bien obtenido por el trabajo o industria del cónyuge, puesto que tiene su causa en el contrato de trabajo que se ha venido desarrollando a lo largo de la vida del matrimonio.
Sin embargo, para poder incluirse entre los bienes gananciales de los excónyuges, debe cumplirse una premisa fundamental: el despido debe haberse producido durante la vigencia de la sociedad de gananciales, esto es, antes del divorcio. Lo relevante a estos efectos no es cuándo recibe el cónyuge el pago de esta indemnización, que puede ser más tarde, sino cuándo es despedido. Si el excónyuge es despedido después de haberse producido el divorcio, la indemnización tendrá carácter privativo, sin importar que el trabajo se haya venido desarrollando durante los años en que han estado casados.
Por otro lado, si el puesto de trabajo se venía desarrollando desde antes de constituirse el régimen de gananciales, una parte de la indemnización tendrá carácter privativo. Esto es, la proporción de los años trabajados antes de constituirse el régimen de gananciales (antes de casarse, o antes de decidir cambiar al régimen de gananciales), se restará del total indemnizado.
Resumiendo, sólo tendrá carácter ganancial la cuantía correspondiente a los años trabajados durante la vigencia del matrimonio/régimen de gananciales. En cambio, si el puesto de trabajo se consiguió después de casados y el despido también se produjo antes del divorcio, la totalidad de la indemnización tendrá carácter ganancial.
